Cómo debemos arreglar una caldera doméstica o industrial
Las calderas, sean del tipo que sean, son necesarias -en alguna de sus modalidades o variantes- casi en cualquier hogar o negocio. Ello es así pues las mismas resultan las encargadas habitualmente de proveernos agua caliente, así como de calor doméstico, entre otras prestaciones que las mismas pueden ofrecer.
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Conociendo los aspectos determinantes para arreglar una caldera
Las calderas, cómo cualquier otro elemento, tienen una determinada vida útil y siempre son susceptibles de sufrir accidentes o incidentes que desemboquen en una avería o rotura y que hagan necesario su reparación. Por ello, el saber cómo arreglar una caldera puede resultar y de buen seguro resultará útil en muchísimas ocasiones
Sobre asuntos relacionados con el arreglar una caldera es de lo que va a tratar este artículo, pero antes de nada debe decirse que, cómo norma general, no debemos reparar por nosotros estos elementos a no ser que seamos realmente expertos en la materia pues se trata de elementos muy delicados que pueden provocar un grave accidente en caso de hacer mal la instalación o dejar mal puesto algún componente.
Así, está bien el saber cómo arreglar una caldera, y puede estar bien que en ocasiones determinadas en supuestos concretos lo podamos poner en práctica por nosotros mismos, pero, cómo norma general, las reparaciones de este tipo de aparatos siempre deberán dejarse en manos de profesionales expertos que son los únicos que saben manipularla con seguridad y evitar problemas mayores o incluso importantes riesgos para la salud y la integridad de los bienes inmuebles y de las personas.
Distintos motivos que pueden llevar a la necesidad de reparar una caldera
Distintos son los momentos en los que arreglar una caldera sea necesario. Así, bien puede ser que estemos en pleno invierno y que la caldera deje de funcionar y debamos repararla urgentemente para poder seguir teniendo las prestaciones que la misma nos ofrece y que tan necesarias nos resultan en un momento del año en el cual el frío hace su acto de presencia en su grado más crudo, o también puede ser que la caldera deje de funcionar precisamente de forma previa a ese momento, justo en el momento de querer ponerla en marcha después del verano para que caliente nuestro hogar.
Las temporadas en las que están paradas las calderas, son el momento ideal para que las mismas se estropeen y es en realidad en esos momentos cuando las mismas presentan más números de avería. Las calderas que han pasado un tiempo inactivas y quieren activarse de nuevo son las que estadísticamente presentan un mayor nivel de problemas y requieren de la llamada a algún profesional fontanero o de alguna manera de saber cómo arreglar una caldera.
Revisando una caldera
Llegados al punto de saber que la caldera que tenemos instalada presenta algún problema, o incluso antes de llegar a ese punto, pero querer hacer una revisión del estado del sistema, lo primero que será necesario será realizar una pequeña ojeada para realizar una pequeña revisión de la misma. Esto nos permitirá hacernos una idea de la situación en la que se encuentra la misma y si presenta algún tipo de problema probablemente nos empezará a permitir dilucidar un poco sobre el mismo, además -por supuesto- ello también nos servirá para realizar un mantenimiento de la misma.
El primer paso para revisar el estado de una caldera es dar una primera ojeada visual a la misma. En este punto no es tan importante en el detalle del estado de la misma como en poner sobre la misma defectos de calado que se puedan ver a simple vista o visualizar zonas donde se encuentre suciedad y/o polvo acumulados.
Una vez realizada esa rápida primera inspección visual será necesario profundizar un poco más con la misma y fijarse en detalles ya más concretos. Uno de los primeros detalles en los que, por ejemplo, deberemos fijarnos es sobre el adecuado estado de ventilación de los conductos que ofrecen salida de humos y entrada de aire. Es importantísimo que ninguno de estos conductos esté obstruido ni que nada tapone el flujo normal de ellos.
Otro punto a visualizar será el del estado de las juntas de los tubos visibles de la caldera y la adecuada sujeción de los mismos. Es importante verificar que las juntas de los tubos no están manchadas de humo y que los tubos están adecuadamente sujetados sin que se hayan descolgado, deformado ni que presenten un estado de sujeción deficiente en ninguna de sus formas. Este punto aplica a todos los conductos y por supuesto a la tubería principal del sistema.
Otro de los puntos clave a analizar es visualizar si el vaso de expansión que pueda tener la caldera presenta un nivel de presión adecuada. En caso de que no sea así, será necesario realizar un “inflado” hasta que la presión del sistema sea la correcta para esa caldera en concreto.
Para saber cómo arreglar una caldera también debe saberse revisar analizando el consumo de gas de la misma (entendiendo que esta funciona con gas o de la energía o combustible que sea que la misma utilice). Debe medirse el consumo que hace durante, por ejemplo, una hora de funcionamiento y verificar en las especificaciones de la maquina que ese es aproximadamente el valor normal que la misma debería presentar.
También deberá analizarse que la combustión de la caldera resulta correcta. Una de las formas sería llegar a la cámara de combustión de la caldera, pero ello no resulta ni posible ni adecuado para una persona que no es profesional, así que se puede realizar una primera inspección ocular a través de la mirilla que nos deje comprobar la llama si es que la misma lo incorpora (seguimos hablando de la caldera clásica con funcionamiento a gas, en otros supuestos esto puede diferir).
En dicho caso, la llama deberá presentar un “saludable” color azul. Otro color, o un exceso de hollín o suciedad en las zonas donde este puede acumularse, pueden ser sinónimo de mala combustión.
Otro punto por analizar será el de comprobar que todas las conexiones (flexos, latiguillos, etc.) que la caldera pueda tener estén bien conectados y que no existan fugas de ningún tipo en ellos. Evidentemente, en caso de detectar alguna anomalía en este punto (o en cualquier otro) deberá solucionarse de inmediato. Lo mismo deberá realizarse con las conexiones eléctricas y deberá verificarse que estas no acumulan suciedad.
Reparando una caldera
El saber cómo arreglar una caldera no es una ciencia exacta ni tiene una única respuesta. La reparación de una caldera dependerá del tipo de modelo de la misma, de la energía que utiliza para alimentarse y de muchas otras variables. Así mismo la reparación de una caldera también dependerá del tipo de avería o problema que la misma pueda presentar, obviamente.
Así, por ejemplo, tanto puede ser que la misma requiera un ligero limpiado con un pequeño cepillo de alambre de los quemadores si la misma presenta una mala combustión o que requiera de un simple limpiado del intercambiador o de los electrodos de encendidos o de la sonda de ionización, cómo puede ser que requiera de una intervención profesional mucho más profunda.
A partir de este punto los tipos de avería que se pueden presentar son múltiples y las soluciones que deberán aplicarse según el tipo de problema también.
Una de las averías más recurrentes que suele presentarse es el de la avería de la bomba de la caldera. Esta avería se caracteriza por escuchar dentro de la caldera un ruido que parece ser de rozadura, de roce. Para solucionar esta avería será necesario cambiar la bomba avería o reparar la misma y sea cual sea el caso se necesitará la intervención de un especialista.
Otra de las averías más recurrentes en las calderas es la que se produce por una rotura en la válvula de seguridad o de los puntos de unión de dicha válvula con el racor. Si alguna de estas cosas ha sucedido se notará un goteo en la parte inferior de la caldera.
Pero las anteriores situaciones no son las únicas que pueden llevar a tener que arreglar una caldera, existen otras muchas situaciones que se pueden presentar en las que la reparación de una caldera puede resultar inevitable. Un caso muy concreto, y habitual, de avería en las calderas es el de pérdidas de la presión de agua de las mismas.
En este caso, en muchas ocasiones, no será necesaria la intervención de un especialista y será fácil resolverlo por uno mismo. La solución habitualmente pasará por hacer un llenado del circuito con la presión concreta recomendada para el modelo de caldera concreto que se tenga.
La obstrucción en las salidas de humos puede causar graves averías para una caldera y además pueden suponer incluso un grave riesgo para la seguridad de las personas a causa del monóxido de carbono que se genera y que no puede evacuarse adecuadamente. Otras averías habituales son el bloqueo de la bomba de recirculación entre otras muchas que podrían comentarse.